«a prision: el rey entonce descaualgo del cauallo: y echo la espada de·la mano y dizen que le abraço y le beso: y le fizo luego traer su cauallo: y assi entraron los dos a·la par caualgando por la ciudad de Palermo: y le fizo gran sala y le festejo algunos dias: y le dixo a·la postre. Señor primo nunca Dios consienta que os tenga de tener yo preso mas como»