«le sentenciaron el primo y en tan publica plaça le mandaron cortar la cabeça como si fuera vn malfechor ni pudo tanto dessimular su enojo que no mandasse embiar su aguazil al desdichado y tan perdido principe de·la Morea para que le dixiesse que se aparejasse para el otro dia que seria viernes a recebir sentencia de muerte: que la sangre de su primo el excellente don Corrardino reclamaua y daua vozes contra el rey de Napoles y»